Las paredes son unos de los elementos de casa en las que más rienda suelta puedes dar a tu imaginación, puesto que resulta menos costoso si algún día quieres cambiar el aspecto de un espacio. Lo más fácil y económico es utilizar pintura y papeles vinílicos. Si dispones de presupuesto puedes utilizar otros revestimientos como paneles de madera, lajas, azulejos, etc.
Antes de hacer cualquier elección tendrás que asegurarte de las condiciones de las paredes para poder trabajar sobre ellas. Algunas consideraciones son:
- El material con el que está revestida o pintada la pared. Si eliges pintar, asegúrate de que las paredes estén en condiciones óptimas antes de hacer cualquier trabajo. Habrá que preparar las paredes, evitando cualquier imperfección, como agujeros de antiguos cuadros, grietas, desconchones, etc. Recuerda que una vez que hayas terminado tu acabado cualquier imperfección parecerá multiplicada por 10.
Si tienes paredes con papeles pintados antiguos, hay que tener mucha precaución al despegarlos. La facilidad para quitarlo dependerá del pegamento que se utilizara en su momento. Normalmente se humedece el papel y se extiende un producto específico, siguiendo paso a paso las indicaciones del fabricante. Posteriormente habrá que pasar una espátula sobre los restos de cola y reparar las imperfecciones con una masilla.
Si es pintura al temple (no lavable) y quieres pintar la pared con una pintura plástica tendrás que humedecerla y con la ayuda de una espátula ir quitando este tipo de acabado. Luego procede a reparar la pared como en el caso anterior.
Si el revestimiento es de madera, tendrás que lijarla y barnizarla, o bien imprimarla si la quieres pintar y cambiar de color.
- Revisa el estado de cada pared y asegúrate que todas las paredes estén secas y que no haya ni resto de humedad.
Así mismo, a la hora de elegir un revestimiento debes tener en cuenta que el tipo de espacio en el que lo apliquemos afectará al acabado, por lo que hay que valorar las opciones detenidamente. Estos son algunos casos que puedes encontrarte:
- Los pasillos: si son estrechos, valora que se mancharán con más facilidad debido al roce al pasar por ellos.
- El cuarto de los niños: el revestimiento tendrá que ser lavable para poder eliminar cualquier mancha o dibujo sobre la pared.
- La cocina y el baño: los materiales tendrán que elegirse considerando que las paredes se engrasan y el polvo se pega a ellas. Podrás utilizar pintura satinada en las zonas que no sean húmedas. Como anotación, ésta es una pintura que me gusta utilizar en todas las habitaciones ya que es muy fácil de limpiar y los colores son más vivos que los de las pinturas mate.
En las zonas húmedas puedes utilizar azulejos, acero inoxidable o vidrio, materiales muy fáciles de mantener.
En cuanto a la decoración de paredes, hay una variedad infinita de elementos que puedes emplear. Si quieres deslumbrar utiliza materiales que no estén asociados normalmente a las paredes, como por ejemplo haz un gran mural con telas o utiliza moqueta de césped. El mejor estilo de decoración siempre está en tu imaginación, así que también puedes crear tu propio diseño y llevarlo a una fábrica de vinilos. De esta manera conseguirás que tu habitación sea totalmente exclusiva.
Otra de las consideraciones a tener en cuenta a la hora de elegir un revestimiento es que el color y la textura cambian según la manera en la que reciban la luz. También es importante que las paredes estén lisas, ya que hoy en día se considera que es el mejor medio para que el mobiliario luzca.
Por supuesto, te recuerdo que las formas y los colores pueden hacer que la estancia a decorar sea más proporcionada. Los motivos con líneas horizontales harán que la habitación te dé la impresión de ser más ancha, mientras que las líneas verticales harán que parezca más alta.
Los techos son siempre los más olvidados en la decoración, ¡acuérdate de ellos! Los techos de tonalidades claras proporcionan siempre claridad y altura al espacio, perfecto para habitaciones pequeñas. Un techo y un suelo oscuro acompañado de paredes claras ensancha el espacio, mientras que un techo oscuro reduce la altura del cuarto.
¡Elegir la opción que más te inspira está en tus manos!
Francisco Silván – Arquitecto de Interior
