Las superficies de madera lacadas o barnizadas se caracterizan por su falta de adherencia y porosidad lo que tiene como consecuencia la dificultad a la hora de pintar. Si te gusta restaurar muebles o simplemente quieres darle una mano de pintura a una vieja puerta o ventana de casa, no te pierdas los siguientes consejos para pintar este tipo de superficies tan escurridizas.
¿Alguna vez has intentado pintar con pintura decorativa normal y corriente una superficie poco adherente? La pintura suele acumularse en una zona dejando otras completamente libres y sin cubrir. Además, no suele introducirse dentro del material, algo que facilita la eliminación de la pintura aún cuando ésta se ha secado.
Una de las posibles soluciones sería lijar toda la superficie para eliminar la capa de barniz. Sin embargo esta es una labor muy ardua, que necesita de herramientas eléctricas especiales y que conlleva una gran cantidad de tiempo.
La opción más sencilla y rápida consiste en utilizar una pintura adherente especial que se aferre incluso sobre el barniz y los lacados. Si utilizas Todo Terreno, la propia untuosidad de la pintura te garantizará un poder de cubrición total que te ahorrará mucho tiempo y evitará las poco profesionales marcas de brocha o rodillo.
Al tratarse también de una pintura puente, puedes usarla para convertir la zona pintada en una superficie adherente sobre la que aplicar tu pintura decorativa favorita. También puedes utilizar un tinte con base acuosa y teñir la pintura Todo Terreno con el color que más te guste.
Como toque final y para facilitar la limpieza del mueble o elemento renovado, aplica una capa de pintura o barniz que repela la acumulación de polvo y suciedad.
¡Ya está! Si te animas a poner en práctica este tutorial no te olvides de enviarnos los resultados.