Cuando retiramos un cuadro o un mueble en ocasiones podemos observar manchas sobre la pared en el lugar donde se encontraban anteriormente. Estos cercos pueden ser producidos por la acumulación de polvo o humedad detrás de estos elementos, lo cual provoca que la pintura de la pared pierda su particular color y se oscurezca (o en algunos casos que incluso se aclare).
Es bastante probable que al pintar encima de estas manchas con una pintura decorativa, y una vez se haya secado, su color no se corresponda con el resto de la pared o la imperfección aparezca de nuevo. ¿Cómo deshacernos de ella para siempre? Muy sencillo, utilizando una pintura antimanchas.
01 Limpia la zona afectada
Como queremos que la pintura antimanchas se agarre correctamente a la pared, procederemos a limpiar la pared con un paño para desprender los restos de suciedad y polvo.
Si notas manchas negras o verdosas probablemente se trata de moho. Limpia la zona con lejía rebajada con agua.
02 Pinta sobre la mancha
Para este paso necesitarás una pintura como Isolfix al Agua, capaz de aislar la mancha y evitar que vuelva a aparecer con el paso del tiempo. Si tu pared es de un color en particular puedes colorear Isolfix con colorantes al agua.
Aplica una primera capa diluyendo la pintura con un poco de agua y deja secar.
03 Repite este paso
Ahora pintamos encima sin necesidad de diluir la pintura. Repite este paso si es necesario
¡Listo! Ahora será mucho más fácil renovar la decoración de casa cada cierto tiempo.