Los consejos para ahorrar energía y tener un hogar eficiente abundan en la red. Sin embargo, demasiado a menudo esas recomendaciones se centran en la elección de los electrodomésticos y la iluminación, o en el uso que debemos dar a nuestro sistema de climatización. ¿Pero qué ocurre si queremos ir más allá? ¿Qué podemos hacer si deseamos hacer nuestro hogar realmente eficiente desde un punto de vista “constructivo”?
Hoy vamos a hablar precisamente de cómo podemos hacer para que nuestra vivienda (y no sólo lo que haya dentro de ella), sea eficiente, lo cual no sólo nos ayudará a ahorrar un dinero, sino que nos proporcionará la enorme satisfacción de tener un hogar más respetuoso con el medio ambiente.
Algunos de los consejos que ofrecemos a continuación entran dentro del ámbito del bricolaje y los podemos llevar a cabo nosotros mismos, mientras que otros deben ser implementados por profesionales. En cualquier caso, todos ellos contribuyen en mayor o menor medida a hacer nuestro hogar más eficiente.
01 Aisla la vivienda
Como ya hemos dicho en varias ocasiones, la condensación se produce cuando el aire frío del exterior entra en contacto con el ambiente caldeado del interior de la vivienda. Aunque los problemas de humedad son la consecuencia visible y más obvia de este efecto, la “pared fría” nos habla en realidad de un problema mayor: el aislamiento deficiente. Al fin y al cabo, si el aislamiento fuera el idóneo, el frío del exterior no podría “filtrarse” a través de las paredes hasta el interior de la casa.
Así pues, aislar la vivienda correctamente supone no sólo luchar contra la condensación, sino hacer nuestro hogar más eficiente. Y esto lo podemos lograr de varias formas.
Plaste y pintura
Ya hemos hablado en varias ocasiones de la forma más sencilla de lograr un aislamiento extra para luchar contra la condensación (enlace). Consiste en aplicar Aguaplast Anticondensación y después pintar con Lisomat Anticondensación. Ambos productos tienen una transmitancia muy baja, lo que evita que el calor escape hacia el exterior. El efecto es palpable ¡literalmente! Después de aplicar Aguaplast Anticondensación y Lisomat, te sorprenderás al tocar la pared y ver que ya no está fría.
Trasdosados con aislante
Si queremos llevar el aislamiento un poco más allá, podemos levantar trasdosados de yeso laminado en las paredes perimetrales (las que den al exterior), incorporando capas de aislante en el trasdosado. Los hay de muchos tipos, pero probablemente los más cómodos para disposiciones verticales sean los de poliestireno extruído, pues son rígidos. Las mantas de lana de roca al ser flexibles, pueden acabar deslizándose y acumularse en la parte baja de la pared si no se fijan correctamente.
Esta solución te comerá algo de espacio interior, pero a cambio obtendrás un aislamiento espectacular.
SATE
He aquí un sistema de aislamiento ultraefciente que, sin embargo, debe ser llevado a cabo por profesionales. El SATE (Sistema de Aislamiento Térmico Exterior) consiste en forrar toda la fachada con varias capas de distintos materiales. El resultado es una fachada nueva y un aislamiento espectacular.
02 Ventanas eficientes
Cambiar las ventanas tradicionales por unas ventanas térmicas de doble (o incluso triple) cristal es una inversión importante, pero de retorno asegurado. Las ventanas son uno de los principales puentes térmicos de toda vivienda. Si el resto de la vivienda está bien aislado, comenzarás a notar un descenso significativo en la factura de la luz nada más cambiar las ventanas.
03 Reflectores radiador
He aquí un pequeño truco con el que aprovechar al máximo el calor generado por tu caldera. Poniendo un tejido reflectante entre los radiadores y la pared, conseguirás reflejar gran parte del calor que, de otra forma, se perdería en las paredes. Existen varios tipos de reflectantes pensados para este uso y todos ellos son muy fáciles de encontrar en cualquier gran superficie de bricolaje especialmente en esta época.
04 Colores claros
Un truco tan sencillo como eficaz para ahorrar algo de luz consiste en pintar las distintas estancias de la vivienda con colores claros. Al reflejar mayor cantidad de luz, los colores claros hacen que encendamos las luces algo más tarde, lo cual puede suponer una diferencia significativa en el consumo anual de luz.