A la hora de afrontar un trabajo de cierta envergadura con plastes es habitual que nos surjan muchas preguntas. ¿Cuánto plaste necesito? ¿Con cuánta agua tengo que prepararlo? ¿Qué consistencia debe tener la mezcla? Son algunas de las preguntas más habituales a las que vamos a tratar de dar respuesta en este artículo.
01 ¿Cuánto plaste necesito?
En los laterales de todos los envases de Aguaplast aparece una tabla con varios datos muy interesantes. Uno de ellos es el consumo, que nos indica cuánto plaste vamos a gastar en cubrir un metro cuadrado con una capa de un milímetro de espesor.
Un dato tal vez más interesante que podemos encontrar en los estuches de Aguaplast es el del rendimiento. Aunque es muy parecido al consumo, no es exactamente lo mismo. Lo que indica el rendimiento es la cantidad de metros cuadrados que podemos cubrir con una determinada cantidad de plaste. Lo interesante es que esa cantidad es, precisamente, la que contiene el envase.
Estos datos no son realmente importantes cuando queremos hacer una pequeña reparación (un agujero de taladro, por ejemplo), pero son de vital importancia para trabajos sobre paredes completas (para quitar gotelé o cubrir azulejos, por ejemplo). Eso sí, aquí tendremos que pensar que un solo tendido de plaste nunca será suficiente. Una vez que calculemos la superficie a cubrir y sepamos cuánto producto hace falta para cubrirla, debemos multiplicar esa cantidad por el número de capas que vayamos a aplicar.
Por cierto, del consumo teórico depende en gran medida el coste final de nuestra obra. Aunque algunos plastes puedan parecernos más caros si comparamos su precio por kilo, lo cierto es que a la hora de aplicarlos, si medio kilogramo de dicho producto cubre lo mismo que un kilo o kilo y medio de otro plaste ¿cuál es más caro?
02 ¿Qué consistencia debe tener el plaste?
En todos los envases de Aguaplast aparece reseñada la cantidad de agua que se debe añadir por kilo de producto para que el plaste tenga la consistencia idónea. Pero aquí surge una pregunta: ¿Acaso la consistencia idónea no varía en función del trabajo que estemos realizando?
Parece lógico pensar que para rellenar una roza profunda sea necesario un plaste más espeso, por ejemplo, que para rellenar un molde; ¡y de hecho así sería si Aguaplast sólo tuviera un producto en el mercado! Sin embargo, ese no es el caso. Aguaplast tiene una gama enorme de plastes y masillas, cada una de ellas pensada para un trabajo específico, por lo que no es la consistencia lo que debemos variar en función de la tarea, sino el producto. Nuestro consejo, por tanto, es que siempre sigáis la recomendación del envase en cuanto a la mezcla.
03 La importancia del tiempo de trabajo
El tiempo de trabajo, otro de esos datos que vienen en el lateral de los envases de Aguaplast, es uno de los factores que hay que tener muy en cuenta a la hora de afrontar un trabajo de cierta envergadura.
Esta dato indica durante cuánto tiempo mantiene el plaste sus condiciones de plasticidad antes de empezar a fraguar y por tanto se puede trabajar. Pasado ese tiempo la mezcla comenzará a endurecerse y formará grumos o se escamará cuando la apliquemos con la llana. Pronto resultará difícil incluso ‘arrancarla’ del cubo y, aunque lo consigamos, el resultado dejará de ser satisfactorio.
Es muy importante que no añadamos más agua a la mezcla y que no la volvamos a batir una vez que esta haya empezado a fraguar. Llegados a este punto, la adición de agua y el rebatido provocan un falso fraguado, de modo que aunque a la vista el producto esté bien y se pueda aplicar, una vez haya secado estará “muerto”, se desprenderá fácilmente con la mano.
El caso es que cada plaste tiene un tiempo de trabajo específico. Mientras algunos, como el Aguaplast Anticondensación permiten trabajar durante 3 o 4 horas, otros, como el Aguaplast Impermeabilización apenas dan un margen de 30 minutos. Por lo tanto, a no ser que seáis auténticos maestros de la llana y la espátula, será mejor que os abstengáis de mezclar de una vez un saco de 20 kilos de ciertos productos de Aguplast (Express, Fijación, Impermeabilización, entre otros), u os veréis desperdiciando enormes cantidades de material.
04 El tiempo de secado
Si el tiempo de trabajo indica el margen que tenemos para aplicar la mezcla, el tiempo de secado indica cuándo ésta estará perfectamente seca y presentando sus cualidades definitivas. Es importante indicar que el secado completo de un plaste no coincide con el secado al tacto; es decir, que a ti te parezca que el plaste esté seco en la superficie no significa que haya secado completamente. El tiempo de secado se expresa a menudo como un intervalo, pues depende del espesor de la capa y de la temperatura y la humedad ambientales.
05 ¿Y cómo se mezcla 'de a poco'?
Si, debido al reducido tiempo de trabajo del Aguaplast nos vemos obligados a mezclar el contenido de un saco en varias veces, tenemos dos opciones:
La primera consiste en utilizar un vaso de medidas, una báscula y un poco de matemáticas elementales. Evidentemente, aunque es una forma de asegurarse que el plaste tenga la consistencia idónea en cada ocasión, se trata de un sistema más que engorroso que, además, implica limpiar bien los recipientes cada vez.
La segunda opción, mucho más razonable, consiste en mezclar a ojo. No tengáis miedo, es realmente fácil. Añadiremos el agua al polvo (nunca al revés) y mezclaremos enérgicamente hasta obtener una pasta homogénea y sin grumos. Podemos corregir añadiendo pequeñas cantidades de agua, o de polvo, según el caso. El tiempo de batido depende del tipo de plaste, pero la consistencia, en cambio, apenas varía. Un plaste bien formado, sea del modelo que sea, se pegará a la espátula y no se descolgará.
Por último, recuerda que algunos plastes requieren un tiempo de reposado entre el batido y la aplicación.