Tal vez sea porque hemos sufrido décadas de gotelés, picados y texturados en las casas de nuestra infancia, pero lo cierto es que hoy en día poca gente que se embarque en una remodelación baraja, para las paredes, otra opción que no sean las superficies lisas y, a poder ser, de colores claros. ¡Vivimos en la era del total white!
En alguna ocasión nosotros hemos reivindicado desde este blog aquellos estilos de decoración que casi han caído en el olvido, como los estucados y las veladuras, de los que ya hablamos en su día en este post. Hoy queremos centrarnos un poco en uno de esos estilos: el acabado rústico.
El estilo rústico consiste en presentar una superficie ondulada, como si el plaste que recubre la pared hubiera sido aplicado de forma descuidada. Es un descuido aparente claro, pues en realidad hay gran regularidad en las ondulaciones. Una pared que presentase muchos ‘bultos’ en uno de sus lados y muy pocos en otros, daría una muy mala impresión. La cosa, por lo tanto, tiene su arte.
Para llevar a cabo este trabajo vamos a utilizar un Aguaplast del que no habíamos hablado hasta ahora: Aguaplast Rústico. Si no lo encontráis en vuestra tienda de bricolaje, podéis encargar que os lo traigan. O mejor aún, podéis descargaros la App de Beissier y saber cuál es el punto de venta más cercano a vuestra posición en el que tienen este y cualquier otro producto de Beissier. Tened en cuenta, eso sí, que como Aguaplast Rústico es un producto pensado para cubrir grandes superficies, únicamente se comercializa en sacos de 15 kilos, ¡así que aparcad cerca de la puerta!
¿Todo listo? Pues empecemos.
01 Limpia e imprima
Como siempre que trabajamos sobre una pared, ya sea para pintarla o para efectuar una reparación, es necesario que la superficie esté limpia, completamente libre de grasa y polvo.
En este caso, además, es necesario aplicar una mano de imprimación sobre todo el paramento, pues vamos a aplicar una cantidad de plaste considerable. La imprimación servirá para consolidar el muro y prevenir futuros desconchones.
02 Aplica el plaste
Aguaplast Rústico debe ser mezclado a razón de 0,6 litros de agua por kilo de producto (es decir, 9 litros por cada saco de 15 kilos). Remueve bien hasta obtener una pasta suave, consistente y sin grumos, que deberás comenzar a aplicar de inmediato.
La aplicación del plaste debe hacerse con una espátula. Una buena técnica es aplicarlo en pasadas diagonales, de arriba abajo. Se trata de conseguir un acabado que presente irregularidades, como si se hubiera dejado sin rematar, por decirlo de alguna manera. Sin embargo, la cosa no es tan sencilla. Por una parte, debemos evitar las alineaciones y los patrones regulares, la aplicación debe parecer caótica; y, sin embargo, la distribución del material por el conjunto de la pared, sí debe ser uniforme. Como ya se ha dicho antes, no puede haber muchos ‘bultos’ en unas zonas y muy pocos en otras. Por lo demás, depende de ti dejar los relieves más o menos marcados. Piensa, eso sí, que esta vez no vamos a lijar la pared al terminar, así que procura que quede a tu gusto desde el momento de la aplicación.
03 Pinta
Una vez que hayamos cubierto toda la pared y el plaste haya secado del todo, llega la hora de pintar. Aquí, una pintura blanca mate que simule un encalado puede quedar muy bien, pero ya que estamos ¿por qué no probar algo nuevo?
Nosotros te proponemos que pintes la pared con una veladura. Para ello, aplica primero una mano de pintura blanca con brocha y, cuando esta haya secado, aplica una segunda capa de color con una manopla de pintor. Es tan sencillo como sumergir la palma de la manopla ligeramente en la pintura y aplicarla después a la pared trazando círculos enérgicos. No te asustes si al principio te parece que estas “dejando un manchurrón”, a medida que vayas cubriendo la pared, verás que ese efecto irregular queda muy bonito.
¿Que te parece? ¿Te atreves a sacrificar las paredes lisas de una estancia de casa para probar algo nuevo? O mejor dicho… ¡algo viejo?