Ya ha comenzado el verano y quien más quien menos, estos días se está preparando para pasarlo lo mejor posible: unos ponen a punto sus sistemas de aire acondicionado, otros guardan la ropa de entretiempo y sacan la de verano y, los privilegiados que cuentan con jardín o terraza, la ponen a punto para los próximos meses.
En los últimos años hemos visto cómo cada vez más gente con jardín opta por instalar una piscina desmontable. Puede que no sean las piscinas más glamurosas, pero el hecho de poder desmontarla al finalizar el verano y no tener que mantenerla durante todo el año es una ventaja muy a tener en cuenta.
En paralelo a este pequeño boom de las piscinas desmontables, en Bricopared hemos recibido cada vez más consultas sobre cómo preparar el terreno para instalarlas. Así pues hoy vamos a centrarnos en cómo acondicionar una pequeña parcela. Eso sí, será un acondicionamiento permanente, con una peana de hormigón. Así que antes de decidiros a seguir estos pasos ¡pensad si realmente vais a querer montar una piscina todos los años!
01 Nivela y allana
No hace falta decir que el terreno tiene que estar perfectamente nivelado y allanado antes de instalar una piscina… pero ya lo hemos dicho. Un ligero desnivel puede acabar con la piscina desbordando por un lado ¡mientras en el contrario el agua apenas supera el tobillo!
Si tu terreno está ligeramente inclinado, puedes rebajar de un lado y acumular la tierra en el contrario para conseguir un espacio llano; pero si hablamos de un terreno muy desnivelado, no te recomendamos para nada que te aventures a hacer este trabajo tú solo, porque retirar mucha tierra podría ocasionar un corrimiento.
Tampoco hace falta que en este paso nos empeñemos en lograr una superficie absolutamente nivelada. Eso será más importante después, cuando hagamos el vertido del hormigón
02 Encofra
Ahora vamos a delimitar la zona en la que posteriormente haremos el vertido del mortero. Excavaremos un pequeño rebaje de unos 5 centímetros de profundidad y después lo delimitaremos con tablas que fijaremos entre sí mediante tornillos y codos. También podemos fijar unas estacas de madera por la parte exterior para evitar que las tablas se comben cuando reciban el mortero, aunque para pequeñas peanas como la que estamos construyendo no será realmente necesario, a no ser que utilicemos tablas para encofrar realmente delgadas.
03 Vierte grava o arena
A continuación rellenaremos el pequeño rebaje del que hemos hablado con una capa de grava o arena. Esta capa actuará de drenante impidiendo que la humedad de la tierra suba por capilaridad hacia la superficie de la futura solera. Esta capa drenante sí es importante compactarla y nivelarla lo mejor posible. Esto podemos hacerlo con una pala o haciendo rodar por la superficie un bidón de agua.
04 Primer vertido
Para llevar a cabo este trabajo utilizaremos Mortero Reperfilado Reparación BMB 6012 de Beissier. Podemos encontrarlo en cualquier almacén de suministros de construcción. Mezclaremos 4.4 litros de agua por saco y amasaremos hasta obtener una pasta suave y consistente, de uso inmediato. No debemos amasar con más agua de la indicada ni remover una vez iniciado el fraguado. Esta mezcla la verteremos de manera regular por todo el cajón de encofrado. Mezclaremos y verteremos cuantos sacos sea necesario para conseguir una capa, como mínimo de unos 4 centímetros de grosor. Esta capa la nivelaremos con extendedor de hormigón. Si no tenemos uno y no nos queremos gastar el dinero, podemos utilizar igualmente una pala cuadrada para hacerlo.
05 Enmalla
Este paso es opcional, aunque recomendable si vamos a colocar una piscina que pueda ser calificada de algo más que de juguete. Hay que tener en cuenta que un solo metro cúbico de agua pesa algo más de 1.000 kilogramos. Así que con una pequeñísima piscina de 2×1,5×0,50 ya estaríamos hablando de tonelada y media de peso. La malla contribuirá a reforzar la peana, evitando que se parta por el peso.
Colocaremos la malla en el cajón (habrá que haberla cortado previamente a la medida con una amoladora) una vez que el primer vertido de mortero esté seco. Evitamos así que la malla se hunda hasta descansar sobre la capa de grava o arena.
06 Segundo vertido
Repetiremos el paso 3, volviendo a mezclar el mortero. Una vez más, mezclaremos cuantos sacos sea necesario para conseguir unos 4 centímetros de grosor sobre la malla y terminamos nivelando.
07 Rebaja las esquinas y vigila el fraguado
Una vez que el mortero esté ligeramente endurecido, pero no del todo, puedes rebajar ligeramente las esquinas creando un bisel. Así evitarás los bordes peligrosos.
Por otra parte, como estamos en verano, conviene vigilar el secado del mortero. Si se seca demasiado pronto debido a las altas temperaturas puede llegar a agrietarse. Para evitarlo bastará con que humedezcamos ligeramente la superficie si vemos que eso puede llegar a ocurrir.
Ya tenemos nuestra peana lista para recibir esa piscina que tantas alegrías nos va a dar este verano. Ahora bien ¿y qué hacemos con esto en invierno? ¿Qué os parece colocar un pequeño invernadero desmontable? ¿Os hemos convencido? ¡Pues si os animáis, acordáos de compartir vuestro trabajo con nosotros en “Comparte tu proyecto”!