Hoy os traemos un truco que no por obvio es menos útil y que nos permitirá enmascarar una habitación rápidamente antes de pintar.
Cuando nos disponemos a proteger rodapiés, marcos, enchufes, interruptores o cualquier otro elemento, como paso previo a pintar una habitación, a menudo nos eternizamos en la tarea porque intentamos hacer varias cosas a la vez. El ejemplo claro son los rodapiés; generalmente intentamos presentar el borde del papel de pintor cerca de la pared y después pasar la cinta de carrocero procurando que cubra milimétricamente el borde del rodapié y a la vez que “pise” el papel. Sin embargo es fácil que este se mueva mientras lo hacemos; algunas veces queda demasiado cerca de la pared, por lo que la cinta se pega a él, pero no al borde del rodapié; y otras, en cambio, se aleja y terminamos con un hueco entre el papel y la cinta.
La solución consiste en separar las dos tareas. Por un lado fijaremos la cinta de carrocero en el borde del rodapié, sin preocuparnos de nada más que de que quede bien ajustada al borde; después fijaremos sobre dicha cinta el papel de pintor, sin tener que preocuparnos esta vez por la precisión, porque tendremos tanto margen de error como anchura tenga la primera cinta que hemos pegado.
La única pega de este truco es que gastaremos el doble de cinta de carrocero, pero a cambio ganaremos mucho en velocidad y precisión.