A la hora de alicatar una estancia, una duda que surge a menudo es cómo se hacen los encuentros entre piezas en las esquinas salientes, es decir, en aquellos puntos en los que los azulejos se encuentran en ángulo de 90º presentando sus bordes.
Si alguna vez te has fijado en ello, suele haber una pieza redondeada de plástico o de metal recorriendo todo el canto entre ambos planos. A esa pieza se le llama guardavivos y hoy vamos a ver cómo se instala.
01 Escoge la pieza adecuada
No hablamos solo del color o del material, sino de la anchura de la pieza. Y más concretamente de la anchura de la parte redondeada, que será la parte visible. (La otra parte, plana y taladrada, va debajo de las piezas de un plano).
En cuanto al material, si te decantas por un guardavivos metálico, asegúrate de contar con una herramienta de corte adecuada y con guantes y gafas de seguridad (fundamentales cuando cortamos metal). En caso de optar por una pieza de plástico, una sierra de costilla corriente debería valer.
02 Alicata uno de los planos
El guardavivos lo colocaremos cuando una de las paredes que se encuentran esté completamente alicatada. Las piezas de ese plano deben llegar justo hasta el borde de la pared, sin sobresalir ni quedarse por detrás del plano de la pared con la que se van a encontrar.
03 Corta y presenta en seco
A continuación mediremos la longitud del guardavivos que vamos a colocar, y haremos el corte. Recordaros que si la pieza es de metal, conviene utilizar los elementos de seguridad mínimos (guantes y gafas), especialmente si utilizamos una herramienta de corte eléctrica.
Una vez que tengamos el guardavivos cortado a la longitud deseada, lo presentaremos “en seco”, es decir, sin haber aplicado aún el cemento cola. Esto es importante porque nos permite rectificar si hemos cometido un error al medir o cortar.
04 Coloca la pieza
Para fijar el guardavivos se emplea el mismo cemento cola que utilizaremos para pegar los azulejos. Luego, además, los azulejos de esta cara que tenemos aún por alicatar “pisarán” la pestaña taladrada del guardavivos impidiendo que este se mueva.
Aplicamos pues Cemento Cola Extra o Cemento Cola en Pasta de Beissier a todo lo largo de la esquina y retiramos el sobrante con la llana dentada. A continuación fijaremos el guardavivos en su sitio, bien pegado a los azulejos de la otra cara. Hay que tener en cuenta que algunos guardavivos cuentan con unas pestañas que garantizan que entre el azulejo y la pieza quede un espacio que después se rellenará con pasta para juntas. En este caso, será la pestaña la que deba hacer contacto con el borde del azulejo que ya tenemos fijado.
Una vez que tengamos la pieza pegada, la presionaremos para que el cemento cola pase a través de los agujeros de su pestaña. Después aplicaremos más cemento cola, pasaremos la llana dentada y procederemos a pegar los azulejos de esa cara. Puedes recordar cómo se colocan los azulejos en este post. Es importante, por cuestiones estéticas, que las juntas horizontales coincidan en ambos planos. Si quedan desalineadas llama mucho la atención y queda muy feo.
Además, en el caso de alicatados que no llegan del suelo al techo, existen unos remates para la parte superior de los guadavivos, e incluso perfiles que permiten unir piezas horizontales y verticales.
Por último, existe un pequeño truco para asegurarse de que el guaravivos se queda en su sitio mientras el cemento cola aún está fresco, y es tan sencillo como utilizar tiras de cinta de carrocero en sentido perpendicular.
Como ya hemos dicho antes, terminaríamos aplicando un plaste para juntas, como Juntas Blancas Impermeables de Beissier. Algunos modelos de guardavivos cuentan con pestañas separadoras para permitir que entre la pieza y el azulejo quede una pequeña junta. Otras, en cambio, son de tipo “matajuntas” y quedan en contacto con la pieza cerámica.