Las fachadas, muros, y demás estructuras exteriores de piedra o derivados (piedra artificial, cemento…) sufren con la exposición al sol, al agua, a los cambios de temperatura y a los hongos, de manera que es normal que, con el paso del tiempo, vayan perdiendo minerales. Es un proceso de desmineralización lento, pero inexorable, si no se le pone remedio.
¿Y en qué consiste ese remedio? Pues en la consolidación del soporte mediante la aplicación de un producto que penetra en él y lo endurece, y en el posterior hidrofugado, que lo protege de la intemperie. Hace poco Bricocrack lo explicaba así en su canal.
01 Saneamiento del soporte
Generalmente empezamos todos los trabajos de bricolaje con este primer paso, que puede ser de limpieza o bien de saneamiento. Sanear el soporte, en este caso, consiste en pasar un cepillo de cerdas de acero por toda la superficie a fin de que todo el material flojo se desprenda. Buscamos con ello que la superficie sobre la que vamos a trabajar sea firme. Después de raspar bien todas las partes flojas, como siempre, pasaremos un cepillo o un escobón para retirar todo el polvo.
02 Tratamiento de las zonas afectadas por musgos
Para limpiar el muro de musgos o líquenes emplearemos Limpiador Quita Moho de Beissier. Pulverizamos el producto sobre las zonas afectadas y dejamos que el producto actúe durante una media hora. A continuación aclaramos con una bayeta y agua abundante.
Una vez que nos hemos deshecho de las señales visibles, toca prevenir que los musgos vuelvan a aparecer. Para ello emplearemos Fungistop de Beissier. La manera de aplicarlo es muy similar a la del Limpiador Quita Moho, solo que en este caso el producto no se pulveriza, sino que se aplica mediante una esponja empapada. Después, una vez más, aclaramos con agua abundante.
03 Consolidación
Consolidar un soporte de piedra (o derivados de la piedra) consiste en aplicar un producto que penetre en él y lo endurezca. Consolidante para piedra de Beissier tiene un poder de penetración de hasta 10 centímetros, es permeable al vapor de agua y al CO2 y no altera el color original del soporte.
Para aplicarlo podemos emplear un rodillo, una brocha o una paletina, o incluso una pistola de pulverización. En cualquier caso, se debe aplicar abundantemente, hasta la saturación. Cuanto más producto demos, más profunda será la penetración, de hecho, si queremos un alto nivel de penetración, podemos repetir el proceso dos o tres días más tarde.
04 Hidrofugado
El hidrofugado de la superficie protegerá el tratamiento de consolidación al protegerlo del agua que, de otra forma, seguiría erosionando y disolviendo los minerales (por más que lo hiciese a un ritmo menor debido a la consolidación). Así pues, dejaremos pasar varios días después de aplicar el consolidante y, después, terminaremos hidrofugando.
Es importante distinguir el hidrofugado de la impermeabilización, ya hablamos de ello aquí. El hidrofugado, al contrario que la impermeabilización, permite el paso del vapor de agua, de manera que el soporte pueda tener la humedad relativa que le corresponde.
Nosotros utilizaremos Prosil, un hidrofugante de Beissier que se debe aplicar, igual que el consolidante, buscando la saturación. Prosil, por cierto, tampoco altera el color de la piedra. Doce horas después de su aplicación, el hidrofugado del soporte se habrá completado.
Obviamente, este tratamiento conviene hacerlo antes de que el muro esté irremediablemente deteriorado y, en cualquier caso, no estará de más como tratamiento preventivo para cualquier muro de piedra de cierta edad.