Cómo ya hemos explicado en alguna ocasión, los morteros son mezclas de compuestos formuladas para cubrir determinadas necesidades en construcción. En función de los elementos que se agreguen y de la proporción en la que se agreguen, el producto final, una vez endurecido, tendrá unas características u otras. Por eso hay muchísimos tipos de mortero, cada uno de ellos con unas características específicas y creados para un fin concreto.
Y de entre todos ellos, si hay uno capaz de soportar condiciones extremas, ese es el mortero refractario, diseñado para soportar altísimas temperaturas y de adaptarse a las situaciones de dilatación y contracción que estas implican gracias a su contenido en silíceos.
Recientemente compartimos en nuestro Instagram un proyecto de Steffi, que consistía en fabricar un estupendo firepit con Mortero Refractario de Beissier. En este caso las llamas no estaban en contacto con el material ni el dispositivo estaba pensado para retener el calor, por lo que probablemente no eran necesarias las prestaciones de resistencia térmica de un mortero refractario, pero hay otros usos, como la construcción o reparación de barbacoas y hornos de ladrillo, o chimeneas, que no admiten un tipo de mortero diferente a este.
Para todos esos usos tenemos Mortero Refractario de Beissier, un producto que no solo da muy buenos resultados en trabajos con moldes, como ha mostrado Steffi, sino que además sirve tanto como mortero de raseo como de construcción (montar y rejuntear cerámica refractaria, bloques de hormigón, terracota, etc.,) Siempre sobre elementos que vayan a estar sometidos a altas temperaturas (hasta 750º). Y no solo eso, gracias a su composición, Mortero Refractario de Beissier también resiste el contacto con aguas agresivas (ácidas, sulfatadas, etc.) como las que podemos encontrar, por ejemplo, en cuadras y almacenes; así que hablamos de un producto tanto interior como exterior, incluso si el entorno es “poco amable”.