El debate sobre si es mejor un tabique de ladrillo o uno de yeso laminado debe de ser el equivalente albañilistico al de la cebolla en la tortilla de patata. En Bricopared, que somos gente moderada y cabal, creemos que si esta controversia no termina de resolverse a favor de ningún bando es porque, como ocurre siempre, las cosas rara vez son blancas o negras.
Parece lógico pensar que para una casuística tan amplia como la que puede presentarse en una obra la solución óptima no será siempre la misma. Nosotros, al menos, lo creemos así. Por eso, desde esta equidistancia tan escandalosa para muchos, vamos a hacer una exposición simple y honesta de las ventajas que vemos en cada uno de los dos sistemas. Luego, que cada cual se forme su idea y que continúe el debate.
Tabiques de ladrillo
- Precio. Una pared de ladrillo se construye con piezas de precio irrisorio, arena y cemento.
- Transportabilidad. Dado que todos los elementos necesarios tienen un tamaño reducido (no así el peso), pueden transportarse de múltiples formas y hacerse llegar a cualquier parte; algo a tener en cuenta en rehabilitación de edificios antiguos.
- Alta resistencia – Poco que añadir. En cuanto a recibir golpes, soportar tensiones o colgar elementos, donde esté un buen tabique de ladrillo…
- Manipulación – un tabique de ladrillo se puede manipular casi sin límite (bueno, con el límite de su estabilidad estructural) después de levantado. Albañiles, fontaneros y electricistas pueden hacer rozas y mochetas a placer sin el engorro de tener que negociar con montantes.
Tabiques de Yeso laminado
- Es seco – Levantar un tabique de yeso laminado es más limpio y rápido que uno de ladrillo. Cuando se trabaja en reformas en viviendas habitadas, esta es casi una ventaja definitiva.
- Ligereza – Los tabiques de yeso laminado son muy ligeros comparados con los de ladrillo. Algo muy importante en reformas, porque apenas se sobrecargan las estructuras.
- Rápida colocación – En general, se colocan muchos más metros cuadrados de yeso laminado que de ladrillo en un mismo periodo de tiempo.
- Sin rozas – Si antes destacamos la libertad absoluta que dan los tabiques de ladrillo para abrir rozas y mochetas, debemos aclarar ahora que esa es una libertad a agradecer cuando queremos actuar sobre un muro ya levantado. Cuando se trata de pasar instalaciones durante la misma obra, el yeso laminado gana la batalla al dejar huecos en su estructura y evitarnos el tener que abrir rozas.
- Sin escombros – El yeso laminado apenas produce desperdicios. Incluso los recortes que sobran en una obra pueden emplearse en otra.
- Resistencia a movimientos – Un trasdosado de yeso laminado bien levantado es capaz de absorber más movimientos estructurales y vibraciones sin fisurarse que un tabique de ladrillo.