Pongamos que has reparado los desperfectos de las paredes de una habitación de tu vivienda y después la has pintado. La habitación está como nueva. ¿Cuánto tiempo va a permanecer así? Eso dependerá en gran parte del material que hayas usado, pero también del mantenimiento que hagas. Porque sí, las paredes se pueden mantener. En este artículo te contamos cómo.
01 Lo barato sale caro
Hay una gran diferencia entre los plastes y pinturas de calidad, como los de Beissier, y esos productos de los que nunca habías oído hablar y que lucen en sus envases el mismo logotipo que la caja de galletas de tres pasillos más allá. Sí, al principio un plaste parece un plaste y la pintura blanca es eso, pintura blanca; pero ojo, porque ese plaste puede tener un acabado muy poco consistente y esa pintura, aparte de tener una cubrición lamentable, dejará de ser blanca para ser amarilla en seis meses.
No es que reparemos las habitaciones de casa cada mes, así que cuando lo hacemos, merece la pena invertir en buenos productos para asegurar la durabilidad de lo que tanto esfuerzo nos va a llevar.
02 Las paredes también se limpian
El polvo y la suciedad pueden acumularse con el tiempo, especialmente en áreas de alto tráfico. Merece la pena limpiar el polvo de las paredes con cierta regularidad, aunque no se acumule en ellas tanto como en las superficies horizontales. Además, de vez en cuando podemos pasar un paño húmedo, pero siempre después de haber limpiado bien el polvo de toda la casa. No uses productos químicos para limpiar las paredes, excepto si se trata de quitar el moho, en cuyo caso la limpieza será solo el primer paso para solucionar el problema.
03 Evita la luz solar directa
La luz solar afecta a todo lo que toca: muebles, alfombras, paredes, puertas… En las paredes este efecto se nota especialmente si están pintadas de blanco, pues la degradación de la pintura blanca da como resultado un tono amarillento. Aunque hay pinturas que no amarillean, la mejor precaución que podemos tomar para proteger las paredes es evitar que reciban luz solar directa. ¡Es más fácil limpiar con lejía las cortinas que protegen las paredes de la radiación directa que repintar una habitación completa!
04 Controla la humedad
La condensación es el gran enemigo de tus paredes. Da lugar a pequeñas manchas amarillentas, cuando no a la aparición de mohos. La mejor manera de evitar esta humedad es aislando las paredes, bien mediante la aplicación de un plaste y una pintura anticondensación, bien mediante la aplicación de un sistema como Therm In de Beissier. Si no es posible adoptar estos sistemas, puede recurrirse a deshumidificadores y ventilación frecuente.
05 Toma precauciones contra los golpes
Identifica los lugares donde es muy probable que la pared sufra impactos o arañazos y toma precauciones. Estas medidas pueden aplicarse sobre los objetos o sobre las paredes. Hablamos de topes en las puertas y ventanas o de tacos en los respaldos de algunas sillas, etc. A veces el lugar conflictivo es el canto de una columna en mitad de una zona de paso. Para estos casos existen cantoneras. En casas con niños también es buena idea colocar rodapiés algo más altos de lo normal porque algunos juguetes pueden hacer mucho mucho daño.