¿Te has fijado alguna vez en esos pequeños desperfectos que van apareciendo en las esquinas de tus paredes? Con el tiempo, estos puntos sufren más golpes que el resto de la pared: son sitios de paso con los que rozamos habitualmente, ya sea al mover sillas, mesas o con los muebles al cambiarlos de sitio, o incluso los juguetes que vuelan por la casa.
Estas zonas son las primeras en mostrar signos de desgaste, pero la buena noticia es que puedes repararlas tú mismo con resultados profesionales. Las esquinas y bordes son puntos vulnerables por naturaleza, ya que, al ser zonas de paso frecuente, reciben impactos directos al mover objetos y están expuestas a roces constantes que las hacen especialmente sensibles.
01 Lo que necesitarás para la reparación
Para realizar esta reparación necesitarás algunos materiales básicos:
- Un buen plaste o masilla de reparación como Aguaplast Standard o Aguaplast Express
- Una espátula pequeña o llana de acabado
- Papel de lija fino
- Cinta de carrocero
- Imprimación
- Pintura del mismo color que la pared
- Un paño limpio para los acabados
02 Paso a paso: Restauración perfecta
El proceso comienza con una buena preparación de la superficie, eliminando restos de pintura suelta o material desconchado. Este paso es crucial, y te garantizará (como en la cocina y con buenos ingredientes), un buen resultado. Para ello, puedes pasar un cepillo o la propia espátula por el desperfecto, eliminando así las partes sueltas si las hubiera. Si ha quedado restos de polvo, pasa un cepillo para eliminar ese polvo, ya que dificultará la adherencia del plaste. Después, protege los alrededores cubriendo el suelo, el zócalo en caso de haberlo y cinta de carrocero en zonas que no vas a reparar, lo que te garantizará un acabado limpio y profesional.
Cuando la zona esté lista, puedes preparar el plaste. Añade la cantidad de agua siguiendo las proporciones del envase, y aplica con la espátula rellenando sobre el área dañada. Si el desperfecto es profundo, puedes aplicar una primera capa y dejar secar, y una vez esté seca, aplicar una capa fina de acabado final en la que ya dejas la esquina bien recta. Una vez que la masilla esté completamente seca (consulta el tiempo recomendado en el envase), lija suavemente hasta conseguir una superficie lisa y uniforme que se integre perfectamente con el resto de la pared.
El acabado es fundamental: aplica una capa de imprimación y, cuando esté seca, pinta la zona reparada. La imprimación regularizará la absorción de la pintura, haciendo que no se note diferencia entre la zona reparada y la que no se ha tocado.
03 Trucos para un acabado profesional
Si buscas un acabado realmente profesional, existen algunos trucos que pueden ayudarte. En caso de esquinas muy dañadas, considera usar esquineras o perfiles antes de aplicar la masilla. Para conseguir bordes perfectos, una espátula de esquinas será tu mejor aliada. También puedes humedecer ligeramente la masilla para trabajarla mejor, y no olvides lijar para un acabado impecable que nadie podría distinguir de un trabajo profesional.
04 Prevención: mejor que curar
Una vez reparadas tus esquinas, la prevención es la clave para mantenerlas en buen estado. Puedes instalar protectores transparentes en las zonas más expuestas, colocar topes de puerta para evitar golpes, o aplicar una pintura de acabado satinado o brillante en estas áreas, ya que resistirá mejor el desgaste que las pinturas mates tradicionales.
Reparar bordes y esquinas es uno de esos pequeños proyectos que transforman visiblemente tu hogar con poco esfuerzo. Es la diferencia entre una casa que parece “desaliñada” y una que se mantiene impecable a pesar del paso del tiempo.
¿Has probado ya a reparar alguna esquina en casa? ¿Qué técnica te ha funcionado mejor? No dudes en compartir tu experiencia o preguntar cualquier duda que tengas sobre este proceso.