Entre las muchas consultas que reciben nuestros manitas, Lucía y Jon (ya sabes que puedes hacerles llegar tus dudas por aquí) hay algunas muy recurrentes. Son muy habituales, por ejemplo, las dudas sobre qué hacer con la pintura antigua cuando se va a repintar una habitación o de un mueble. ¿Hay que retirarla? Y en tal caso, ¿cómo se hace eso? En este artículo vamos a tratar de solucionar algunas de estas dudas.
01 ¿Es necesario retirar la pintura vieja?
Eso depende de muchos factores. Como norma general, cuando hablamos de pintar paredes, no es necesario retirar la pintura vieja si esta está en buen estado. Para conocer este estado puedes hacer el truco de la cuadrícula.
En caso de que la pintura presente problemas de adherencia sí que habrá que quitar la pintura. Para ello emplearemos un procedimiento u otro dependiendo del tipo de pintura de que se trate. También habrá que retirar la pintura si se trata de un trabajo especial, como el estucado, para el que se emplean ceras sobre las que no se puede aplicar ningún otro producto.
Una duda habitual es si es necesario retirar la pintura antigua si esta es de color oscuro y queremos repintar en colores claros o, directamente, en blanco. La respuesta es que no. Aquí la imprimación es la clave. En este caso, una imprimación y pintura todo en uno como Todo Terreno puede marcar la diferencia, pues se trata de un producto que, al contrario que una imprimación simple, no es transparente.
En cuanto a los muebles, aquí sí que es recomendable retirar las pinturas. Para ello, usaremos una técnica u otra en función del tipo de pintura. ¡Sigue leyendo!
02 Decapado de pinturas antiguas mediante lija
El lijado manual solo es efectivo en casos en los que la capa de pintura es muy fina. Para madera usaremos, preferentemente, lijas de papel de óxido de aluminio, de polvo de vidrio o de polvo de granate. Para lijar toda una pared, en cambio, nos decantaremos por una lijadora eléctrica. ¡Pero cuidado! Es un trabajo que desprende una gran cantidad de polvo y, por lo tanto, no debemos hacerlo si hay pintura fresca cerca.
Las pinturas al temple, ya casi en desuso, tienen muy mala adherencia y se pueden retirar fácilmente frotando con un paño húmedo. En cambio, las pinturas al agua modernas son casi todas lavables, así que frotarlas con agua no les hará nada (a no ser que aún estén frescas). Y en las pinturas al disolvente, por supuesto el agua hará aún menos. En tales casos es mejor recurrir a la pistola de calor.
03 Decapado de pinturas antiguas mediante pistola de calor
La pistola de calor, si podemos hacernos con ella, es muy útil para retirar pinturas bien adheridas; especialmente si son gruesas o si cubren una superficie irregular. Lo primero que debemos hacer es pulverizar agua sobre la superficie; después aplicaremos el calor con la pistola y veremos cómo la pintura se cuartea y se afloja; entonces debemos rascar con la espátula para desprenderla. Es un trabajo tedioso, pero bien hecho elimina las pinturas por completo. Eso sí, hay que tener en cuenta que se trata de un método que no se debe usar sobre muebles delicados.
04 Decapado mediante disolventes
La acetona es un medio muy efectivo (aunque muy oloroso) de retirar una pintura antigua, siempre que esta tenga base de disolvente. Es un método muy utilizado en muebles.
El método consiste simplemente en aplicar la acetona varias veces con una brocha o paletina, hasta que la pintura quede bien impregnada. La pintura se aflojará enseguida y ya solo tendremos que rascar con una espátula.
Hay que tener mucha precaución al usar la acetona, no solo porque puede dañar otras partes del mueble que no deseemos tocar, también porque es un producto muy volátil. Por eso trabajaremos con ella siempre al aire libre o en lugares muy bien ventilados.