Todas estructuras sometidas a la intemperie (fachadas, muros, muretes, zócalos, etc.) pueden presentar con el paso del tiempo una serie de problemas que es necesario afrontar. Muchas veces la tentación es la de agarrar un bote de pintura y dar cuatro manos bien dadas con la esperanza de que todo quedará como nuevo. Sin embargo, si no se ha acometido previamente la reparación de los desperfectos es muy probable que ese efecto de renovación no llegue a producirse (las chapuzas son indiscretas) o que, si se produce, no dure demasiado. Identificar y comprender estos deterioros es esencial si lo que queremos es “dejar algo como nuevo”, y no simplemente “hacer que parezca nuevo”
01 Falta de adherencia
La falta de adherencia puede conducir al desprendimiento del revestimiento, creando ahuecamientos que permiten la entrada de agua. También puede degradar la integridad del muro haciendo que se vuelta pulverulento. Si se produce un abombamiento, la solución pasa por retirar las partes flojas y renovar el enfoscado. Si la superficie es simplemente pulverulenta, se puede aplicar un consolidante, como el Consolidante para Piedra de Beissier. Nunca se debe aplicar la pintura sin antes haber reparado este tipo de desperfectos.
02 Eflorescencias
Las picaduras suelen originarse por impurezas en los materiales básicos y se manifiestan como zonas de distinto color en la superficie del revestimiento. A veces aparecen una serie de manchas blancas parecidas a las eflorescencias, pero repartidas uniformemente por toda la superficie. Eso indica que algunos compuestos del mortero han empezado a degradarse. Pintar estas superficies puede ser una buena forma de frenar un poco su degradación, pero antes de hacerlo es buena idea aplicar un consolidarte como en el caso anterior y es necesario, además, aplicar una imprimación previa como Deltafix.
03 Eflorescencias
Las eflorescencias son una de las señales más temidas. Indican que el muro está absorbiendo humedad por capilaridad, como si fuera un azucarillo con una esquina metida en una taza de café. Esta agua avanza por el interior y cristaliza las sales solubles de los materiales al llegar al exterior. Siempre que sea posible, la solución pasa por actuar en la base del muro pare evitar que absorba la humedad. Cuando no lo es, al menos podemos revestirlo con un producto como Aguaplast Obrafácil, que bloquea las eflorescencias y, por lo tanto, protege la pintura que apliquemos encima.
04 Manchas
Las manchas se generan por la combinación de polución, polvo, sol y agua y no son sólo una cuestión estética, sino que también afectan a la durabilidad del revestimiento. Una buena pintura de exterior puede proteger la integridad del muro de este tipo de desperfectos (degradando ella misma, pero eso no es tan grave como que se degrade el muro); sin embargo, si el proceso de degradación ya ha empezado, es necesario preparar el muro para recibir la pintura. Muchas veces la solución es tan simple como “karchear” el muro; es decir, lavarlo con agua a presión y dejarlo secar. Pero ojo, si el soporte está tan degradado que resulta pulverulento, esta es la peor opción. En tal caso habrá que limpiar el muro con más cuidado. Además, antes de pintar conviene aplicar una imprimación como Deltafix.
05 Fisuras y grietas
Las fisuras y las grietas son hendiduras que, cuando se producen en el exterior, permiten la entrada de agua y destruyen los revestimientos desde dentro. La diferencia entre una fisura y una grieta es el tamaño y las capas del muro a las que afectan: la fisura es más superficial, afecta al enlucido; la grieta es más profunda y afecta al enfoscado. Las causas de su aparición son diversas: movimientos del terreno, asientos de la cimentación, dilataciones, tensiones estructurales (por ejemplo, por la cercanía de puertas…). No hay una única solución para este tipo de desperfectos, ¡pero de todas las soluciones que hay hemos hablado en Bricopared!