Tras unos años, los techos de nuestra casa pueden perder su color original debido al humo, la nicotina, la contaminación, las manchas de grasa, la humedad ambiental o simplemente el paso del tiempo.
Pintar estos espacios nos infunde respeto, ya que no estamos acostumbrados a trabajar con superficies horizontales y de gran altura. Verás como repintar estas zonas es más sencillo de lo que parece.
Como sabrás, los techos suelen pintarse de colores blancos o pastel para que la habitación gane altura visualmente. Si tus techos son lo suficientemente altos o quieres darle un toque diferente a tu casa, puedes utilizar un color más oscuro que el de las paredes. Prueba a utilizar morados o granates en zonas como el comedor o el salón, le darán un toque acogedor a toda la habitación. Los techos grises en toda su gama también son una buena idea para darle un aire diferente a la cocina y el baño.
Una vez escogido el color, ha llegado el momento de ponerse manos a la obra. Para ello, tan solo tienes que seguir estos pasos.
01 Resguardar los muebles y el suelo
Antes de empezar, debes tener en cuenta que al pintar una zona horizontal pueden desprenderse gotas de pintura del techo, sobre todo si aplicas una cantidad generosa. Recuerda resguardar los muebles y el suelo utilizando plásticos, ya que las telas y las típicas hojas de periódico pueden llegar a provocar que la pintura cale hacia abajo. También te recomendamos rodear con cinta de carrocero las zonas de unión de la pared con el techo así como otros elementos para evitar que se manchen.
02 Pintar el techo
Puesto que los techos suelen caracterizarse por mancharse con el paso del tiempo, te recomendamos utilizar una pintura capaz de aislar manchas. De esta forma evitaremos que vuelvan a transparentarse una vez hayamos pintado. Te recomendamos usar Isolfix Al Agua. Además de eliminar las manchas, esta pintura no tiene olor, por lo que podrás ocupar la estancia una vez realizado el proceso de pintado.
Identifica la fuente de luz de la habitación (una ventana o una lámpara) y pinta siempre en esa dirección. Comienza pintando alrededor de los pequeños detalles con una brocha y una vez hecho esto prosigue con el rodillo.
Como con cualquier pintura, hay que aplicar al menos dos capas para garantizar que toda la superficie se cubra correctamente.
¡Listo! Has renovado tu techo al mismo tiempo que has aislado las manchas, eliminándolas y evitando que vuelvan a aparecer.