En Bricopared os hemos hablado en muchas ocasiones de las cualidades de los productos de Beissier para afrontar cualquier reparación doméstica. Sin embargo, lo que tal vez no os hemos contado es que los plastes y las masillas no son en absoluto un producto exclusivo para aficionados al Bricolaje. Los profesionales llevan décadas haciendo uso de ellos y sus ventajas frente a otros materiales como el yeso, la perliescayola (comúnmente conocida como “perlita”) o la escayola, están más que contrastadas.
Sin embargo, aún hay quien defiende los materiales y métodos tradicionales frente a los productos más modernos, bien sea por costumbre, bien sea por coste. Dado que existe una gran diferencia entre unos y otros, creemos que ha llegado el momento de hablar del tema. Así, cuando una obra resulte demasiado ambiciosa para hacerla vosotros mismos y os dispongáis a dejarla en manos de un profesional, podréis aseguraros de que este utiliza los productos adecuados.
Yesos, plastes y masillas ¿Qué son?
El aljez, o yeso natural, es un material que se encuentra en la naturaleza en forma mineral, generalmente mezclado con otros materiales. Después de someterlo a un proceso de criba de impurezas, molienda y deshidratación en hornos, se consigue el conglomerante que conocemos como yeso y que ha venido siendo utilizado en construcción durante más de 2.500 años.
Por su parte, un plaste no es más que el resultado de mejorar un conglomerante mediante la adición de distintos productos. Cada uno de estos aditivos dotan al plaste de alguna cualidad que el yeso, de por sí, no tiene. Se consigue así mejorar las propiedades de trabajabilidad, adherencia, tiempos de secado, lijabilidad etc.
Por tanto, no se trata tanto de productos completamente distintos, como de diferentes grados de desarrollo. El yeso es un material básico, mientras que un plaste es un producto mejorado en laboratorio, que además se puede adaptar para usos específicos.
El caso de las masillas, en cambio, es distinto, pues en su composición se sustituye el yeso por otros materiales (carbonatos, áridos, fibras vegetales), junto con ligantes y solventes. Se consigue así una pasta lista al uso, mucho más cómoda de usar.
Las ventajas
Como ya hemos dicho, los plastes y las masillas aportan varias ventajas frente a los yesos. Una de las más notables tiene que ver con los tiempos de fraguado y secado.
Para su aplicación, el yeso, al igual que los plastes, deben ser mezclados con agua. Aunque existen medidas recomendadas por los fabricantes, en el caso de los yesos no es raro que el aplicador utilice más agua de la debida. La preparación del yeso tradicional es engorrosa, pues el producto se debe preparar en pequeñas cantidades porque el tiempo de uso es muy corto, apenas unos minutos. La aplicación es igualmente compleja al tratarse de un producto muy liquido y difícil de trabajar.
La versatilidad es otra de las ventajas innegables de los plastes. Hay plastes elásticos o rígidos, resistentes a la humedad…. Sólo se trata de escoger el producto adecuado entre la gran gama de plastes disponibles. El yeso, en cambio, es mucho más limitado y no soporta bien la humedad.
La adherencia es también un punto fuerte de los plastes frente a los yesos. Un plaste puede ser aplicado tanto sobre superficies lisas como rugosas, sean absorbentes o no, como pueden ser paredes pintadas o alicatados. El yeso, en cambio, sólo puede ser aplicado sobre fondos rugosos y absorbentes, puesto que la fijación es únicamente mecánica. De esta manera, que si queremos utilizarlo para restaurar una pared, antes tendremos que picarla, y esto genera mucho polvo y escombro.
Por último, los plastes ofrecen un acabado menos poroso, lo que aumenta en gran medida el rendimiento de las pinturas. El yeso, en cambio, absorbe la pintura con gran facilidad y para evitarlo debe ser imprimado con mucho esmero.
Así pues, queda claro que los plastes poseen cualidades superiores al yeso tradicional. No es de extrañar, teniendo en cuenta que, como ya se ha dicho, el plaste es un material evolucionado, producto de la investigación.