Con el paso del tiempo, las paredes y los techos de la cocina comienzan a acumular grasa que, además de resultar desagradable visualmente, modifica el color de las superficies haciendo que tomen un tono amarillento. También suelen formarse aureolas de grasa cerca del extractor o salpicaduras de aceite al lado de la vitrocerámica o los fogones.
Si pintamos encima de estas manchas con una pintura normal, corremos el riesgo de que la pintura no se fije correctamente y la mancha vuelva a aflorar encima una vez seca. Por tanto, debemos utilizar un producto que permita aislar las manchas para que no vuelvan a resurgir, como por ejemplo Isolfix al Agua. Otra de sus ventajas es que se trata de una pintura inodora, por lo que podremos ocupar la estancia inmediatamente tras el pintado.
Para deshacerte de las manchas en la cocina, tan solo tienes que seguir los siguientes pasos:
01 Preparar la zona de pintado.
Como en cualquier proceso de pintado, es necesario que protejas el suelo, los rodapiés u otros muebles. Simplemente usa cinta de carrocero y plásticos para evitar que la pintura cale y manche el suelo.
No olvides lo importante que es que la zona de pintado esté limpia antes de pintar, por lo que te recomendamos que dediques un tiempo a limpiar la zona con un paño para eliminar posibles gotas de aceite o grasa.
02 Aplicar la pintura
Cubre la mancha con la ayuda de un rodillo o brocha (no es necesario diluirla con agua). Si durante esta aplicación observas que la mancha aún no está bien cubierta, aplica una segunda mano sin esperar a que seque.
03 Repinta
Tras 2 horas, la zona pintada estará seca al tacto. Ya podemos igualar el color dando una mano de pintura al temple o plástica.
¡Y ya está! También puedes aprovechar para darle una repaso a toda la pared y el techo de la cocina para dejarla como nueva.