Si eres de los que en su día apostaron por una cocina color pistacho, burdeos o naranja, puede que a estas alturas ya estés un poco saturado de tanta “modernidad”. Lo malo de la última moda es que siempre es la primera en pasar. Si eres conservador y apostaste por el blanco, puede que hayas comprobado que con el tiempo los muebles se han amarilleado ostensiblemente.
Que cambiar una cocina completa implique un desembolso considerable de dinero no significa que tengamos que resignarnos a soportar esos armarios chillones o ese ‘blanco apagado’ durante más tiempo. Podemos, pintarlos de otro color o devolverles su color blanco brillante original, al menos hasta que nos venga bien comprar una cocina nueva.
01 Limpieza
No hace falta decir que si hay alguna zona de la casa susceptible de tener manchas de grasa, esa es la cocina. Antes de hacer nada, debemos limpiar a fondo los muebles con productos antigrasa y, después, secarlos bien con un paño. Los armarios deben estar impolutos para que podamos empezar a trabajar sobre ellos.
02 Enmascara
Desmonta los herrajes y tiradores que no te interese pintar y protege los que no puedas desmontar con cinta de carrocero.
03 Imprimación
Los armarios lacados y los contrachapados no son superficies fáciles para la pintura. Es necesario dar una buena imprimación si no queremos que esta se desprenda al poco tiempo.
Ahora bien, como siempre, el color “de fondo” puede oscurecer el que apliquemos más adelante así que lo ideal es aplicar una imprimación de color blanco que cubra por completo el color original. Y si hay una pintura e imprimación todo en uno capaz de adherirse a prácticamente cualquier material, esa es Todo Terreno de Beissier.
04 Primer lijado
Una vez que la Todo Terreno haya secado, pasa una lija fina (400) por toda la superficie de los armarios. No te excedas con el frote, se trata de eliminar imperfecciones de la pintura, no de dejar los armarios como estaban antes.
05 Lacado
En el caso de muebles de cocina, lo ideal es acabar con un barniz o un esmalte que proteja el mueble. Nosotros te recomendamos un esmalte o barniz en base disolvente o de poliuretano.
1. Algunos esmaltes requieren cierta dilución con disolvente apropiado. Sigue estrictamente las instrucciones del fabricante. Especialmente en lo que a tiempos de secado se refiere.
2. La mejor forma de aplicar un esmalte es con un rodillo flocado. Conseguirás un acabado mucho más suave.
3. Igual que con la pintura Todo Terreno, lo ideal es dar un lijado ligero entre capas, pero nunca después de la última.
Dos manos de Todo Terreno protegidas con un esmalte, un cambio de tiradores, tal vez, y ya tienes una cocina nueva. Tal vez no sea el último grito, ¡pero al menos tardarás un tiempo en quedarte afónico!