Pintar una estancia, o incluso toda la vivienda, es uno de los trabajos que más se animan a hacer los bricoladores por sí mismos. Es un trabajo que parece sencillo ¿verdad? Pero lo cierto es que pintar tiene su arte y no son pocos los conocimientos que un pintor profesional atesora a lo largo de los años, por no hablar de la técnica, que no se estudia ni se adquiere de un día para otro…
A la hora de la verdad, una mala preparación de la base, una elección incorrecta del tipo de pintura o el empleo de una producto de baja calidad puede dar lugar a una serie de defectos en el resultado final. Hoy, en lugar de daros unos consejos previos para evitar esos defectos, como hacemos habitualmente, vamos a hacer el proceso inverso; es decir, vamos a ver cómo diagnosticar los desperfectos en la pintura para identificar su origen.
01 Desprendimientos
La pintura tiende a fisurarse y los bordes se desprenden curvándose hacia afuera. Si se trata del techo, puede que caigan trozos de pintura en forma de escamas.
Esto ocurre, especialmente con pinturas al agua, cuando el soporte no estaba bien preparado, bien porque no se limpió adecuadamente, bien porque estaba húmedo. También puede ocurrir si se ha aplicado una capa de pintura muy gruesa sin respetar los tiempos de secado de cada mano.
02 Ampollas
La aparición de ampollas, como pequeñas burbujas de aire, en la superficie de la pintura ya seca puede ser consecuencia de varios problemas. La primera es un exceso de humedad, bien porque la hemos aplicado sobre un plaste que no estaba seco del todo, bien porque la pared en sí está sufriendo una filtración o una humedad por capilaridad. En este último caso, además de la humedad en sí, las eflorescencias, que son los depósitos de sales propios de la capilariadad, también provocan ampollas.
Otra causa posible es el exceso de temperatura. Esto puede ocurrir en trabajos de exterior, en paredes en las que el sol pega directamente. Nunca debemos pintar si el muro o la pared están demasiado calientes.
Por último, que la superficie a pintar esté sucia, con restos de polvo de lijado, por ejemplo, también puede dar lugar a ampollas en la pintura.
03 Fisuras
Las fisuras en la pintura pueden deberse a un secado excesivamente rápido, pero también pueden aparecer por pequeños movimientos de la pared. En este caso, el problema no sería de la pintura en sí, aunque sería a través de ella como nos daríamos cuenta. Las fisuras dinámicas en torno a las puertas, por ejemplo, son un ejemplo característico. Por eso es importante detectar ese tipo de fisuras antes de pintar, para poder repararlas con una masilla elástica como Aguaplast Fibra.
04 Manchas
En muros exteriores es posible que aparezcan manchas, incluso en zonas en las que ni el agua ni el sol tocan la pared. Estas manchas suelen deberse a partículas de polvo y polución en suspensión. El lugar en el que se concentren lo determina el viento al abrirse para rodear el edificio por ambos lados. Las superficies rugosas suelen “arrancar” más partículas del viento, por lo que las manchas son más habituales en ellas. Lo único que podemos hacer en este caso es limpiar de vez en cuando con agua a presión.
Por otra parte, las manchas junto a desagües, canalones y bajantes son muy habituales. Aquí no hay más remedio que procurar que el tejado y los balcones no desagüen directamente contra la fachada.
05 Microorganismos
Los hongos y otros microorganismos proliferan preferentemente en lugares húmedos y poco ventilados. Son fácilmente reconocibles. Aparecen en forma de pequeñas manchas pardas sobre la pintura. En los casos más extremos se oscurecen y adquieren una textura como de algodón de azúcar. Por eso los trasteros y las habitaciones con poca ventilación, o con problemas de condensación, deben ser tratados con productos específicos como el Aditivo con Conservante Antimoho de Beissier , que se añade a la pintura antes de aplicar. También podemos combatir la condensación con un poco de bricolaje.
06 Diferencias de tono
Las diferencias de tono cuando la pintura ya ha secado son un indicativo, casi siempre, de que hemos pintado sobre dos tipos de material sin imprimar bien antes. Si pintamos sobre una pared en la que hemos hecho ciertas reparaciones con plaste, por ejemplo, y el yeso de la pared y el plaste que hemos empleado tienen distintos factores de absorción (que sería lo normal), el material más absorbente “se beberá” la pintura, ofreciendo un tono más apagado que el material menos absorbente. Por eso es fundamental imprimar siempre antes de pintar una pared.
Hay otros desperfectos posibles, aunque estos que os hemos expuesto son los más habituales ¿Habéis sufrido alguna vez un problema de este tipo?