Hace unos años Beissier creó un producto específico para la limpieza de las herramientas del pintor. Lo llamó Limpión y es tan efectivo sobre manchas de pinturas al agua en brochas, rodillos, ropa y manos, como el aguarrás lo es con las pinturas al disolvente, con la ventaja, eso sí, de que Limpión no irrita ni reseca la piel ni despide un olor tan fuerte como el aguarrás.
Dado que se trata de un producto nada agresivo, con los años algunas personas han ido dándole usos alternativos y, para sorpresa de muchos, Limpión ha revelado que su fórmula es capaz de limpiar y desincrustar todo tipo de manchas sobre las superficies más variadas.
Hoy nos salimos un poco del guión habitual, pues no vamos a hablar de bricolaje como tal, sino de los usos insospechados que podemos darle a un producto de bricolaje como Limpión.
01 Llantas de coche...
Los restos de ferodo, polvo y barro secos que suelen ennegrecer las llantas de los coches son un chiste para Limpión. Toma una esponja o un estropajo, aplica Limpión generosamente, frota las llantas y déjalo actuar unos minutos. Después, simplemente aclara con agua (a presión, mejor aún). El resultado son unas llantas como recién salidas del taller. Eso sí, contra los arañazos no hay nada que hacer.
02 ... e incluso carrocerías
Tratar de quitar restos de pintura sobre una superficie previamente pintada puede ser peligroso, porque el producto que usemos puede actuar sobre ambas pinturas y convertir un pequeño problema en uno grande. Sin embargo, las carrocerías de los coches llevan una capa de un barniz muy resistente sobre la mano de color, de manera que Limpión actuará sobre cualquier pintada que algún gracioso nos haya dejado como recuerdo, sin dañar la propia pintura del coche. El procedimiento es el mismo: aplicar Limpión, dejar actuar, aclarar y abrillantar.
03 Cal en las mamparas de la ducha
¿Sabes esos restos de cal que parecen grabados a fuego en la parte baja de las mamparas de ducha pasados unos años? Esos que por mucho que te empeñes con los mejores limpiacristales del mercado no salen… Son restos minúsculos, pero tan incrustados que más que suciedad parecen pequeñas rayazo en el cristal. Pues bien, esas manchas tampoco resistirán un cara a cara con Limpión.
Frota con un estropajo generosamente empapado en Limpión y deja actuar unos minutos. Después aclara con abundante agua. Una vez seco, vuelve a limpiar los cristales con tu limpiacristales habitual. Verás que la mampara brilla como el día que lo compraste.
04 Restos de cola
Y no solo de cola. Con Limpión podemos limpiar restos de cola, espuma de poliuretano, esmalte, grasa… ¡y por supuesto pintura!
05 Manchas en la ropa
La ropa, salvo los tejidos especialmente delicados, también puede ser tratada con Limpión. En este caso lo utilizaremos como un quitamanchas de prelavado. Aplica Limpión sobre la mancha a tratar, frota bien, deja actuar, aclara ¡y a la lavadora!
¿Conoces alguna otra aplicación para este limpiador? ¡Compártelo con nosotros poniendo un comentario!