Hace no mucho, desde el blog “Crea, Construye, Recicla, Restaura” nos llegó este estupendo trabajo de eliminación del gotelé de las paredes de un recibidor, para el cual habían empleado productos de Beissier y nos habían pedido consejo. Para nosotros se trata de un trabajo muy interesante porque en él quisieron probar un mismo producto, Aguaplast Renovación, en sus dos formatos: plaste y masilla, a fin de formarse una opinión sobre sus ventajas e inconvenientes. Hoy recogemos aquí el proceso paso a paso, tal y como lo llevaron a cabo ellos.
01 Comprobar el tipo de gotelé
Lo primero es comprobar ante qué tipo de gotelé estamos, para poder determinar la mejor forma de rebajarlo o eliminarlo. Tal y como explican en “Crea, Construye, Recicla, Restaura”, si la gota salta fácil al rascarla con una espátula y el polvo resultante se disuelve en agua, es que estamos ante gotelé al temple. Si en cambio la gota está bien agarrada y los trozos desprendidos son insolubles, lo más seguro es que se trate de gotelé plástico. En este caso, efectivamente, se trataba de gotelé plástico.
02 Rebajar la gota
Al ser un gotelé plástico, el esfuerzo para rebajar la gota antes de proceder a aplicar el plaste o la masilla que vayamos a emplear es un poco mayor que si fuera gotelé al temple. Toca rascar bien con la espátula para “llevarse las puntas del gotelé”. A cambio, contamos con la garantía de que la pintura está mejor anclada.
03 Aplicar masilla
Como ya hemos dicho en la introducción, en “Crea, Construye, Recicla, Restaura” decidieron emplear para este trabajo el mismo producto, Aguaplast Renovación, en sus dos formatos: masilla y plaste, a fin de comprobar las diferencias entre cada uno de ellos. La masilla la emplearon para la primera mano (la de cubrición de la gota), y el plaste para las manos de enlucido. Después de usar la masilla destacaron su facilidad de aplicación gracias a su alto contenido en resinas, a cambio, eso sí, de un secado nás lento.
Por cierto, tanto la masilla como el plaste los aplicaron con llana y espátula y avisan por experiencia propia: ¡las herramientas deben ser de acero inoxidable!
04 Manos de enlucido
Con la primera mano aplicada y seca y apenas unas pocas puntas de gotelé sobresaliendo del tendido, en “Crea, Construye, Recicla, Restaura” se pasaron al plaste para aplicar las capas de enlucido. En este caso aconsejan mezclar la cantidad justa, pues después de dos horas la mezcla será inaplicable (¡y no se puede “reactivar” añadiendo más agua!). La mezcla es fácil de llevar a cabo en este producto en concreto; nada de medidas en mililitros por kilogramo, basta con mezclar dos partes de polvo por una de agua.
Del plaste, “Crea, Construye, Recicla, Restaura” destacan su fácil aplicación (aunque remarcan que esta vez estaban extendiendo el plaste sobre una superficie casi lisa) y, sobre todo, su rapidísimo secado. Además señalan que el acabado es más duro que en el caso de la masilla, aunque se lija igualmente bien.
05 Aplicación de pintura
Después de lijar y dejar bien lisa la última mano de plaste, el último paso fue la aplicación de pintura, para lo cual también quisieron probar un producto de Beissier, concretamente Lisomat Anticondensación. En esta fase utilizaron la técnica habitual: pintar primero las esquinas y contornos con paletina y después pintar el resto de la pared con rodillo. En este caso no aplicaron imprimación, lo cual hubiera sido una buena idea.
El resultado, según destacan en su blog, es inmejorable. Únicamente destacan que el trabajo termina generando bastante polvo con cada lijado, pero cuánto tengas que lijar es algo que dependerá de tu destreza y, además, siempre puedes recurrir a este truco del que ya hablamos hace algún tiempo.