Hace unas semanas os explicamos cómo fabricaros vuestro propio pie de sombrilla. Hoy vamos a hablar de otro elemento que en los últimos años ha ganado mucha popularidad frente a las sombrillas de toda la vida: las velas de terraza. A su favor tienen que resultan un elemento mucho más estético que una sombrilla, no estorban el paso, puesto que las fijaciones se pueden prolongar hasta las paredes o soportes perimetrales y, además, una vez plegadas apenas ocupan sitio. Su principal punto débil es su poca versatilidad, puesto que, al contario que las sombrillas, que se pueden ir moviendo para acomodar la sombra a donde queramos, las velas han de quedarse fijas en sus anclajes.
A no ser, claro que contemos con varios anclajes que nos permitan colocar las velas en varias posiciones. Y de eso vamos a hablar precisamente hoy: de cómo colocar un sistema de anclajes que permita colocar o retirar las velas rápidamente rápidamente y sin mucho esfuerzo.
Nuestra propuesta consiste en emplear argollas encastradas en la pared para pasar los vientos de las velas, pero no para atarlos. En su lugar emplearemos cornamusas como puntos de amarre, siempre situadas por debajo de las argollas, en su vertical. Las cornamusas son piezas en forma de T que se usan en los barcos para tomar vueltas a los cabos y dejarlos fijos. Lo bueno de este sistema argolla+cornamusa es que permite tensar y destensar la vela sin necesidad de hacer nudos ni de emplear apenas fuerza, pues las argollas actuarán como simples poleas y las cornamusas, bien empleadas, bloquearán la cuerda perfectamente.
Otra de las ventajas de usar este sistema es que redirige la fuerza que se ejerce sobre la argolla, de manera que la obliga a trabajar en palanca, en lugar de someterla a una fuerza de extracción. Esto, que dicho así puede resultar algo lioso, se comprende perfectamente con los siguientes gráficos.
En cuanto a la argolla, como ya hemos dicho, nosotros recomendamos las que van encastradas en la pared en lugar de las que van fijadas con tacos. No solo son mucho más resistentes (especialmente a la mencionada fuerza de palanca), sino también mucho más duraderas. Para fijarlas emplearemos Aguaplast fijación. Basta con hacer un orificio lo suficientemente amplio, rellenarlo con el plaste e introducir la pieza. Hay que tener en cuenta que no se trata de que la pieza entre justa, sino que tiene que estar completamente rodeada de plaste, así que el agujero debe ser considerablemente mayor que el vástago de la argolla. Las cornamusas, en cambio, se colocan con taco de fijación, porque no las venden de otro tipo.
Las piezas las colocaremos, obviamente, según queramos situar la vela, pero nuestra recomendación es que esta presente algo de caída. De esta manera, si cae un chaparrón, la vela desaguará lo suficientemente rápido como para no deformarse por el peso. Claro que, con este sistema es tan sencillo que cuando amenace lluvia, simplemente podemos retirar las velas en un minuto.