Las ideas de decoración de paredes van ocupando un buen espacio en nuestro blog. Entre otras muchas ideas, hemos escrito sobre técnicas de stencil, splatter, patrones grabados y geométricos y algunos otros. Hoy os traemos una nueva idea, bastante sencilla y muy resultona, para decorar una habitación infantil: pintar montañas.
La idea no es nuestra, sino que circula por internet en varias variantes, unas más sencillas que otras. Nosotros nos hemos inclinado por una que proporciona cierto efecto de profundidad y es algo más realista. Ante todo, este es el resultado.
01 Escoge los colores
Si os fijáis en la foto, el degradado lo hemos conseguido, no con diferentes tonos del mismo color, sino con colores diferentes, aunque emparentados; en este caso todos forman parte de la paleta gris/azul.
Generalmente, cuando consultamos un libro o un panel de muestras, los colores suelen venir agrupados de manera que si escogemos muestras contiguas, casi seguro que quedarán bien juntas.
02 Prepara tu diseño
Antes de hacer nada en la pared, practica un poco dibujando horizontes de montañas en un papel. Para que el efecto quede mínimamente realista debes tener en cuenta que las cadenas de montañas deben estar más juntas a medida que “se alejan”. Es así como las veríamos si estuviéramos subidos en una hipotética cumbre. Otro buen consejo es que, donde una cadena desciende, la siguiente tiene que ascender, aunque siempre de manera irregular, o de lo contrario conseguiremos un efecto muy artificial.
03 Marca tu diseño en la pared
Una vez que hemos dado con el diseño que más nos convence, trataremos de reproducirlo en la pared usando un lápiz. No debemos marcar mucho la pared. Lo justo para poder alejarnos unos pasos y obtener una vista general, y después para usarlo de referencia.
04 Pinta
Después de haber protegido convenientemente los extremos de la pared, el suelo, el rodapié y los apliques, comenzamos con la aplicación de la pintura. Como los colores superiores son más claros que los inferiores, empezaremos por ellos. De esa forma, si cae alguna gota debajo, los colores que apliquemos después la cubrirán sin problemas. Cada color que apliquemos debe llegar exactamente hasta la línea inferior, no hasta la base de la pared. Así no solo ahorramos pintura y tiempo, también nos aseguramos de no cambiar el tono de los colores inferiores. Dejaremos siempre que una capa se haya secado completamente antes de aplicar la siguiente; de lo contrario podrían mezclarse los colores donde queremos líneas definidas.
Una de las cosas buenas de esta decoración es que, aunque aplicar un color oscuro sobre una pared suele hacer que percibamos la estancia como más pequeña, el efecto de profundidad que conseguimos lo compensa ampliamente.