En Bricopared hemos insistido en muchas ocasiones en que la clave de la confortabilidad de una vivienda pasa por lograr un correcto aislamiento de la misma, de manera que el ambiente interior se vea influido lo menos posible por las condiciones exteriores. Y siempre que tratamos este tema acaba saliendo un concepto a la palestra: puentes térmicos. Tenemos claro que son algo malo, pero, ¿sabemos en qué consisten o qué podemos hacer al respecto? Hoy vamos a responder a estas y otras preguntas frecuentes sobre el tema.
01 ¿Qué son?
Los puentes térmicos son aquellos puntos de la vivienda que, como su propio nombre indica, sirven de puente entre la temperatura interior de la vivienda y la exterior. Puede tratarse de puntos en los que la envolvente del edificio presenta un cambio de espesor, o de estructuras que están en contacto tanto con el interior de la vivienda como con el exterior sin solución de continuidad, o bien de elementos construidos con materiales conductores.
El caso es que llamamos puentes térmicos a aquellos puntos por los que “se escapa” el calor de la vivienda.
02 ¿Cuáles son los puentes térmicos tradicionales?
El puente térmico por excelencia presente en cualquier vivienda son las ventanas, de ahí la importancia de contar con buenas ventanas térmicas. Si has observado alguna vez una sección de la perfilería de una ventana térmica, habrás visto que está llena de cámaras y elementos de goma, y que parece innecesariamente complicada. Pues bien, todos esos entresijos están pensados para romper, en la medida de lo posible, la continuidad material del perfil y evitar los puentes térmicos.
Otro puente térmico tradicional son las cajas de las persianas que, por su propia naturaleza, ponen en contacto el interior (la correa), con el exterior (la persiana propiamente dicha). Por eso las persianas eléctricas tienen sentido y no son solo un capricho.
Las hornacinas que se practican en los muros para alojar los radiadores sin que estos sobresalgan del ras de la pared son otro caso claro. En este caso el puente térmico se produce porque hay un adelgazamiento en el muro.
Pero también hay otros puentes térmicos menos evidentes, como suelos en los que el canto del forjado atraviesa la fachada, o los pilares embebidos en un muro que están en contacto tanto con el interior como con el exterior.
03 ¿Qué tienen de malo?
El hecho de que una vivienda no pueda retener el calor tiene muchos efectos negativos. Para empezar, el gasto en calefacción será mayor, porque habrá que reponer un aire caliente que se escapa constantemente. También, todo aquello que esté situado cerca de los puentes térmicos permanecerá a menor temperatura, con lo cual será un punto susceptible de sufrir problemas de condensación. Esto a la larga, puede dar lugar a la proliferación de mohos, con los problemas estéticos, de olores y de salud que ello implica. En definitiva, las ventajas de aislar bien la vivienda son muchas. Aquí os dejamos cinco.
04 ¿Cómo puedo encontrarlos?
La mejor forma de detectar puentes térmicos es mediante cámaras termográficas que muestran las zonas más frías en diferente color, pero ese es un método profesional. En general podemos localizar los puentes térmicos de nuestra vivienda atendiendo a si en algún lugar aparece condensación o mohos, tocando las zonas sospechosas en días fríos o incluso observando la estructura del edificio. Si el canto de las soleras sale hasta el exterior de la fachada indicando dónde empieza y acaba cada piso, estamos ante puentes térmicos evidentes.
05 ¿Cómo puedo solucionarlos?
Para mejorar el aislamiento de la vivienda en general hay muchos métodos.
Para el caso de los puentes térmicos en particular, habrá que actuar en función de la clase a la que pertenezcan. Para el caso más habitual, el de las ventanas, la solución pasa por cambiarlas por otras térmicamente eficientes. También se puede reforzar el aislamiento de las cajas de las persianas con distintos materiales, o bien sustituirlas por persianas eléctricas.
Para el caso comentado arriba de los pilares embebidos o los cantos del forjado llevados hasta la fachada, de lo que se trata es de dotar a la fachada de una envolvente térmica. En estos casos lo mejor es el Sistema de Aislamiento Térmico Exterior (SATE), del que ya hablamos aquí.