Proyecto de Ana, de Vigo.
A toda madre le gusta tener hijos creativos, que demuestren imaginación e inventiva. Yo, desde luego, he tratado de fomentarlo en los míos. Cuando eran pequeños fijaba en una de las paredes del pasillo una gran tira de papel de pintor para que pudiesen pintar en ella lo que les dé la gana. Parece una tontería, pero expandiendo los límites del lienzo se expande su imaginación; no es lo mismo pintar en un folio A4 que en una pieza de papel de 3×1 metros.
El caso es que ahora ya son mayorcitos para pintarrajear las paredes, pero el pasillo mantiene vestigios creatividades pasados. Así que fui a comprar pintura para renovar la pared, pensaba darle una manita y listo, pero el chico que me atendió me dijo que de una manita nada. Me explicó que las manchas se “transparentan” y que depende del tipo que sean, puede ser necesaria una cantidad que me pareció absurda de manos de pintura para taparlas definitivamente.
Me recomendó Isolfix Anti Manchas, que bloquea las manchas con la primera aplicación y las cubre definitivamente con la segunda. He de confesar que de primeras no me lo creí mucho y salí de allí sin comprar nada. Pero luego en casa me di una vueltita por internet para descubrir que, efectivamente, lo de quitar manchas de las paredes pintando no es tan sencillo como suena; que sí, que una vez seca cada mano, las manchas se transparentan; y que sí, que eso puede pasar cuatro, cinco, seis veces… Así que volví a la tienda y me hice con un bote de Isolfix Anti Manchas.
Tengo que decir que cumplió exactamente con las expectativas. Solo tuve que dar dos manos de pintura para que la pared quedara como nueva. Ahora, ¡a esperar a que lleguen los nietos y me la vuelvan a destrozar! Será un auténtico placer volver a verla manchada.
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