Un metro lineal de libros contiene entre 35 y 50 ejemplares, dependiendo del tipo de libros que coleccionemos; no solo del tipo edición, sino también del género (existen extensiones estándar). Teniendo en cuenta que el peso medio de un libro es de 880 gramos, nos encontramos con que ¡un metro de libros pesarán entre 30 y 44 kilos! La forma en la que estos libros estén almacenados, es, por tanto, es de vital importancia, no ya solo por motivos de conservación, sino también de seguridad.
01 Estanterías de madera
Las estanterías siempre serán más seguras y soportarán más peso que las baldas colgadas. Son la opción preferente del auténtico coleccionista de libros porque representan, mucho mejor que las baldas, la biblioteca que aspiramos a tener.
En las estanterías, los estantes suelen ir sujetos por ambos lados, por lo que su grosor es fundamental. Un estante sobrecargado se combará y puede salirse de sus anclajes. Además, las estanterías deben estar fijadas a la pared mediante tirafondos. Sobre todo, si tenemos niños en casa. En caso contrario, la rotura de una pata, o un niño trepando por ella, podrían hacer que venciera el peso y cayera hacia adelante con todo su peso.
02 Estanterías de obra
En las estanterías de obra, o tipo nicho, es difícil juzgar la resistencia del conjunto, porque todo ello, baldas, laterales y fondo, suele estar enlucido. En principio se trata de estanterías muy seguras, pero su resistencia real dependerá del material con el que estén hechas —ladrillo o yeso laminado— y de lo bien que estén construidas. En este caso hay que estar atento a cualquier grieta que aparezca; especialmente en la unión de las baldas con los laterales.
03 Baldas
Las baldas colgadas son, generalmente, mucho menos resistentes que las estanterías, aunque eso depende de muchos factores. Las baldas montadas con escuadras serán más seguras que las que están montadas con soportes flotantes. Las baldas que están sujetas por tres lados, serán más seguras que las sujetas por un solo lado… etc. En este caso, juzgar la resistencia del conjunto es fundamental para saber cuántos libros (o cualquier otro objeto) podemos colocar sobre él.
04 La importancia del entorno
Ya almacenemos nuestros libros en estanterías, ya lo hagamos en baldas, el entorno tiene una importancia vital si queremos conservarlos en buen estado. Los libros tienen tres grandes enemigos: las fuentes de calor, la luz solar y la humedad. Prevenir las dos primeras es bien sencillo, basta con no situar las estanterías cerca de los radiadores o en un lugar en el que reciban la luz solar directa. El tercer problema, en cambio, puede ser más complicado.
Los libros se almacenan, generalmente, contra las paredes. Cuando esas paredes son perimetrales y están deficientemente aisladas, puede producirse condensación, Esta condensación afectará especialmente a los libros, porque favorecerá la proliferación de hongos sobre el papel. En impresiones de tipo fotográfico, además, puede hacer que las páginas se peguen entre sí.
Para solucionar este problema, Beissier cuenta con dos sistemas: Por un lado el Sistema Anticondensación y por el otro Beissier Therm In. Además, una buena idea para proteger los libros en estos casos es almacenarlos contra las paredes interiores, no las perimetrales, hacerlo en estanterías tipo vitrina y no colocar plantas cerca.
05 La importancia de los anclajes
Ya lo hemos dicho al principio: ¡los libros pesan mucho! Por eso es de vital importancia que los anclajes que utilicemos sean correctos en forma y tamaño. Aquí distinguiremos entre los tacos que sostienen el peso de una estantería y los que simplemente evitan que su peso venza hacia adelante. Los primeros pueden parecer más importantes, pero un fallo aquí simplemente hará que las baldas caigan verticalmente. El segundo tipo de anclaje, en cambio, apenas tienen que soportar carga, pero de no colocarlos, podemos encontrarnos con que un pesadísimo mueble vence hacia adelante aplastando todo lo que pille de por medio. Aquí os dejamos un post sobre tipos de anclaje.